Por Mica Ortega
El show de L-Gante en Tecnopolis fue una declaración política. Un recital del barrio para el barrio que incomodó a quienes siguen pensando esa lógica berreta de la alta y baja cultura.
Que enojó a quienes dicen que Tecnopolis está para otra cosa pero en estos diez años ni pisaron el parque o peor aún acompañaron al gobierno que lo cerró.
L-Gante hizo un show para toda la familia, cerró la boca a quienes lo vienen defenestrando y se ensañaron aún más cuando se enteraron que iba a ser un show gratuito en una de “las casas del kirchnerismo y el populacho“.
El pibe te canta sobre lo que pasa en el barrio, pero también te invita a seguir tus sueños (porque, dice Elian, se cumplen) y te baja línea todo el tiempo! El dice que no es política partidaria, pero sabemos que si no estás de este lado, estás del otro. Y él que dice que va a terminar el secundario y que le habla al barrio desde el barrio ¿Dónde creen que está parado?
Tecnopolis fue una fiesta porque la barriada se acercó a ver y disfrutar a uno de ellos que pudo salir de ese lugar dónde nos quedamos los olvidados, pero que valga la redundancia, no se olvida de donde salió.
Que digan lo que quieran los estirados que nunca entendieron lo popular, prefiero quedarme con les pibis que se bailaron todo y la sonrisa de cada niñe que estaba ahí experimentando por primera vez la comunión con el ídolo.