El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires muestra la ideología de la meritocracia, el Estado para pocos, el ajuste permanente en una de las pandemias más brutales en la historia de la humanidad

Por Pato Pappalardo

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires muestra la ideología de la meritocracia, el Estado para pocos, el ajuste permanente en una de las pandemias más brutales en la historia de la humanidad.

Hablar del Gobierno de la CABA, que comanda Horacio Rodríguez Larreta, es hablar de una Gobierno que expresa una opción electoral que busca proyección nacional. Sera entonces que por eso se presenta como una opción de centro derecha, pero también como la opción para que lo grupos económicos sientan cuidados sus intereses.

Será entonces por esto que, en su afán de mostrarse como una opción de derecha, en lo que va de la pandemia no haya buscado políticas de asistencia para los que ellos llaman “los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires”. En la ciudad más rica del país no existió ningún ATP-IFE-Tarjeta Alimentaria-Potenciar-Suspensión del ABL. Eso sí lograron la ley de emergencia económica que le otorgó superpoderes para reasignar partidas y presupuesto, un cheque en blanco que al día de hoy y como se suponía poco tuvo que con asistir en pandemia a los más necesitados.

Un gobierno de la Ciudad, que tiene a los enfermeros como personal administrativo, que en una de las movilizaciones de médicos y de personal de la salud, murió el jefe de Obstetricia del Hospital Ramos Mejía, Alejandro Hakim, pidiendo mejores condiciones de trabajo y de remuneración. Este Estado de la Ciudad que relega lo público, que desvincula a la comunidad. Con un 2021 que se presenta con aumentos en las tarjetas de crédito y débito, aumentos en el ABL, con estudiantes sin vacantes y con aquellos que la tienen junto con les docentes y auxiliares a la incertidumbre de un regreso a clases en plena pandemia con los casos que suben. Larreta se filma en tik-tok como si no existiera la pandemia.

Surge aquí la pregunta de ¿por qué les porteños lo siguen eligiendo?

Lo que podemos afirmar es que el espíritu meritocrático estuvo a la vista: en la pandemia solo sobrevivieron aquellos emprendimientos, pymes o empresas que se sostuvieron con lo acumulado en otros tiempos felices, o aquellos que fueron asistido por el Gobierno Nacional. Los sectores populares no están ajenos, son por lo general los que peor la pasan en las crisis, y como no podía ser de otro modo también en la pandemia. Corrieron a su buena suerte ya que no fueron asistidos con los recursos necesarios para la prevención, como así también a la hora de recibir asistencia alimentaria, que en una parte del año pasado se recibió y que luego fue recortada, cayendo también en la volteada los comedores y merenderos comunitarios. Solo basta recordar la movilización que se realizó al Ministerio de Desarrollos Social, encabezada por la Junta Comunal 8, donde al día de hoy se espera la respuesta. Lo mismo ocurrió con el programa Detectar donde las organizaciones libres del pueblo se tuvieron que hacer cargo de testear a sus propios vecinos ya que el programa era nacional y la Ciudad no ponía recursos para el mismo. Quien estuvo presente para estos sectores fue el Gobierno Nacional con la tarjeta alimentaria, con el IFE, y el Potenciar, estos sectores populares que se mueven en la economía informal desprovista de cualquier tipo de derechos.

Hay que mencionar qué es lo que implica este Estado para pocos y que se refleja con vehemencia en el intento privatizador de Costa Salguero, negándonos dos cosas: la primera el acceso al Rio y la segunda quitándonos la posibilidad de un espacio verde que tanta falta le hacen a nuestra ciudad que carece de los mismo. Esto sin embargo es otra muestra clara de los valores que tiene el gobierno de la Ciudad, el valor que le da al negocio que para ellos vale más que el valor del desarrollo de la vida, tanto para brindarnos con espacios de esparcimiento como para cuidarnos en la pandemia.

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